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Las bases del chavismo ven necesario un cambio político en Venezuela

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Kiosko barquisimeto by Israel Delgado

Francisco Olivares

El más reciente estudio de la encuestadora Delphos y el Centro de Estudios Políticos de la UCAB indica que 85% de los venezolanos consideran necesario un nuevo rumbo. Esto incluye a 45% del chavismo quienes también padecen los efectos de la crisis económica e institucional.

En el último mes y medio en el país se ha manifestado un profundo deseo de cambio político que ha generado gran preocupación en las altas esferas del poder y que se ha expresado no sólo en las alocuciones de Nicolás Maduro ofreciendo “paz y democracia” sino en otros líderes chavistas quienes, ante las movilizaciones que se han generado con las elecciones primarias opositoras, amenazan con extender las inhabilitaciones y llevar a tribunales a dirigentes opositores.

Esta necesidad de cambio ha sido documentada en el último estudio de opinión “Coyuntura nacional”, de junio de 2023, realizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) con trabajo de campo de la firma encuestadora Delphos.

Los resultados reflejan que 85,2% de los venezolanos consideran que es necesario un cambio político en Venezuela, y que 67,1% afirman estar dispuestos a votar en las primarias del 22 octubre donde se elegirán al candidato único de la oposición para las elecciones previstas presidenciales para 2024. El estudio de campo fue desarrollado del 19 al 26 de junio del presente año, a través de 1200 encuestas directas en todo el territorio nacional a personas mayores de 18 años.

Los resultados de la encuesta fueron presentados durante el evento “Prospectiva Venezuela 2023”.

Félix Seijas, director de Delphos, se refirió a las tendencias políticas que se observan actualmente en Venezuela según la medición realizada, y respecto a la pregunta de “quien es actualmente el principal líder de la oposición”. El primer lugar lo mantiene María Corina Machado con una amplia distancia sobre el resto de los dirigentes con 33,3%. Le siguen Henrique Capriles con 6,4%; Benjamín Rausseo 4,1%; Manuel Rosales 3,6% y Juan Guaidó 1,4%.

Con respecto a los partidos que gozan de mayor aceptación destacan el partido de Machado, Vente Venezuela (30%); la MUD, Plataforma Unitaria (19%); Primero Justicia (18,9%) y el PSUV (17,4%).

Estos resultados contrastan con las mediciones de noviembre de 2022, en los cuales Machado aparecía de tercera, con 6,1% en una cerrada tabla encabezada por Guaidó con 10,8%; Rosales, con 6,8% y después de ella, Capriles, 5,7% y Leopoldo López, (1,8%). La opción “Ninguno” arrojaba 50% y el “No Sabe”, 13,8%.

El ascenso de Machado como líder nacional ha impactado en la población. Además de lo que señalan los recientes números de las encuestas, se observa en las reacciones de la gente, durante los últimos recorridos que ha realizado la dirigente de Vente Venezuela en casi todo el país.

La líder de Vente Venezuela, considerada como “radical” y en su campaña elude conciliar con algún mecanismo de consenso, ha generado preocupación por la profundización de la polarización en el país y su posible transformación como “líder mesiánica”. Son temas que han planteado algunos analistas.

Sin embargo en este estudio de Delphos, 60,6% de los consultados cree que la capacidad de lograr el cambio para el país está en “nosotros mismos”, y 36% considera a “los ciudadanos y la gente”. Según Seijas, ello refleja una importante evolución de la conciencia de ciudadanía de los venezolanos que ya no esperan que los cambios sean el resultado de la acción de terceros, desde dentro o fuera del país.

En esta etapa que vive el país hay preocupación de buscar nuevamente en las soluciones a un mesías como ocurrió con Hugo Chávez y otros líderes carismáticos a quienes se les suele delegar la conducción autocrática de un país.

El interés por la realización de las primarias también se ha reflejado en el hecho de que 29,5% de los consultados dijo estar dispuesto a participar en su organización. Es decir, un número importante de ciudadanos que no están en la política están dispuestos a incorporarse en su organización por el éxito del evento democrático.

Sin piso político

Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB, resaltó que se está cerrando el ciclo del chavismo vs la MUD para entrar en uno nuevo diametralmente opuesto. “Muere el chavismo e incluso, curiosamente, los actores tradicionales de la oposición también desaparecen simultáneamente, y se abre el camino a nuevos actores” afirma.

“El gobierno, ante la pérdida de su piso político, solo puede sostenerse por la fuerza, lo que lo hace muy dependiente de otros actores estatales y paraestatales. Pero el oficialismo tiene un menú de alternativas estratégicas que va desde la que el régimen considera más deseable: divide et impera (cada vez menos factible) a la menos deseable, pero a la que podría apelar: el escenario Nicaragua”, sostiene Alarcón.

La pérdida de ese piso político no solo se refleja en la cifra de que 85% de la población quiere un cambio político. En el estudio se destaca el hecho de que quienes se autoidentifican como del “chavismo blando”, 24,8% comparten la idea de que ese cambio es “muy necesario” y 20% del “chavismo duro” lo ve como “necesario”. Esto quiere decir que no solo se ha producido una transformación en los seguidores del chavismo sino en las bases oficialistas en las que 45% lo considera indispensable.

Otra cifra que refleja esa pérdida de seguidores en el chavismo es que, en esta oportunidad, solo 22,7% de los consultados se identificó como “chavista”, 37,5% como opositores y 39,8% respondió “no estar en ninguna de esas tendencias”. También destaca que sólo 9,6% dice ser “chavista resteado con Maduro”. Es de destacar que a finales de 2012, poco antes de la muerte de Hugo Chávez, más del 50% se identificaba como “chavista”. Mientras que la oposición una vez que ganó la Asamblea Nacional en 2015 remontó el apoyo a 50% del electorado, luego se observa un declive en los años siguientes y ahora comienza a recuperar respaldo al regresar al ruedo electoral.

Según Alarcón, dado que en una elección presidencial libre el gobierno perdería, porque más del 80% de los venezolanos pide cambio político, es predecible que se intentará detener las primarias por su efecto. Así las cosas, se presentan dos escenarios. Uno, que no haya primaria por intervención judicial si el gobierno calcula que la elección opositora puede tener éxito; o por el anuncio de adelanto de elecciones. Ambas serían alternativas no deseables para el gobierno porque le restan legitimidad. Y dos, que se celebre la primaria y que fracase o que haya sabotaje; o que sea exitosa, por error de cálculo del gobierno.

“Básicamente el gobierno está muy mal en los números, no tiene manera de poder ganar una elección y va a tratar de jugar no a lo electoral sino a evitar que las elecciones puedan darse con todas de la ley. Vamos a ver inhabilitaciones, persecuciones, acusaciones, intentos de tratar de sacar candidatos de la carrera, de mover fechas de elecciones… todo esto en una sociedad que quiere cambio, que, 85% reclama cambios”, sostiene Alarcón.

El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB resalta que “en Nicaragua, el régimen dictatorial de Daniel Ortega es junto con Cuba el principal aliado de Maduro en América, la salida para frenar los cambios a favor de la democracia fue encarcelar, inhabilitar y enviar al exilio y el destierro a los opositores. “Evidentemente la posibilidad de un escenario tipo Nicaragua está sobre la mesa, pero es un escenario que tiene costos políticos muy altos para el gobierno porque puede de alguna manera no permitir la normalización que buscaría tras la elección de 2024”, afirma Alarcón.

Nuevo escenario

A diferencia de otros momentos críticos que ha vivido el chavismo, el actual escenario es mucho más complejo para la permanencia en el poder de Nicolás Maduro. Por un lado, ya no cuenta con los recursos económicos que le permitieron a Chávez maniobrar internacionalmente, incorporar a aliados y sectores militares en los más importantes proyectos económicos del país y en las empresas del Estado, que hoy están semiparalizadas, y lo más importante ya no cuenta con la base social que lo hacía viable, especialmente en los sectores populares.

Hasta 2015 la mayoría de la base electoral y seguidores de la oposición estaba fundamentalmente en la clase media. Al día de hoy esa configuración ha cambiado y hoy se les ha sumado un amplio porcentaje de sectores populares a los cuales se les ha visto el rostro, no sólo en las concentraciones de María Corina, sino en el resto de los candidatos que recorren el país.

El distanciamiento con el chavismo, más allá de los números de los estudios de opinión, también se ha comprobado en la ruptura y conflictos que se reflejan en los sectores laborales, gremiales y de industrias básicas incluyendo los de la estatal petrolera.

Otra nueva variable es que los partidos políticos, incluyendo a Vente Venezuela, han tomado el camino electoral y las movilizaciones pacíficas como mecanismo para cohesionar el descontento, lo cual ha congregado a quienes protestan por bajos salarios con quienes piden un nuevo rumbo para el país. Ello indica un avance en el nivel de conciencia de quienes comenzaron sus reclamos por un mejor salario que ahora lo conectan con la necesidad de un cambio en el país.

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