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25% de la población venezolana que ha migrado se encuentra distribuida en 90 países

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person holding venezuelan passport by Fernando Gago

Francisco Olivares

Para Tomás Páez, presidente del Observatorio de la Diáspora Venezolana, se ha conformado una nueva geografía con 8 millones 200 mil personas, una población que considera clave para la reconstrucción del país

La cifra estimada por la ONG Observatorio de la Diáspora Venezolana (ODV) es una de las más precisas debido a su seguimiento a la extensa migración con información proveniente de 90 países, muy superior a las de otras organizaciones que se ocupan de los temas de migración.

El Observatorio de la Diáspora Venezolana, fundado en 2013, cuenta con alianzas y representación en varios países en el mundo. Han venido trabajando con aproximadamente 1300 organizaciones que atienden temas en diversos países, como la ayuda humanitaria, inserción de los venezolanos en los países de acogida y desarrollo de áreas del conocimiento, cultura, deporte, ciencias, tecnología y emprendimientos.

Tomás Páez, presidente del Observatorio de la Diáspora Venezolana, consultado para eko.red, ve un inmenso potencial, no solo para la reconstrucción del país sino que lo considera un bastión, para retomar el camino al desarrollo. Entiende a esta gran migración como una nueva geografía, como un estado más, el más grande, que se ubica fuera del territorio de Venezuela. Aunque difícilmente esos venezolanos retornen, como mucha gente aspiraría pues se han asentado, han adquirido compromisos, tienen hijos, empleos o negocios; han invertido en propiedades, en educación y se han estabilizado tras las fronteras. Para Páez esa es la clave ya que considera que pueden participar en la reconstrucción del país de muchísimas maneras por la experiencia que han desarrollado.

Como ejemplos refiere Páez que Europa es un buen ejemplo del ensanchamiento de la “ciudadanía global”. En tiempos pasados Venezuela fue considerada “la octava isla” de Canarias ya que fue el país con la mayor población canaria que comenzó a radicarse en Venezuela desde la época colonial, incrementándose al final de la Segunda Guerra Mundial, por lo que su impacto cultural fue significativo. Nuestros próceres y líderes políticos tenían ascendencia canaria como el Generalísimo Francisco de Miranda, Andrés Bello, José Gregorio Hernández; los presidentes José Antonio Páez, José María Vargas, Carlos Soublette, José Tadeo y José Gregorio Monagas, Antonio Guzmán Blanco, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, incluyendo a Simón Bolívar, entre otros.

La Unión Europea se ha definido desde sus inicios como un proyecto y no como un territorio, se ha planteado como entidad política y no geográfica, sostiene Tomás Páez, citando las investigaciones de Edgar Morin y Mauro Ceruti, en su libro “Nuestra Europa. ¿Qué podemos esperar? ¿Qué podemos hacer?”.

Otro ejemplo que destaca es el de la India que celebra a sus 30 millones de habitantes repartidos en distintos países en el exterior porque de allí provienen las remesas del conocimiento, la circulación del capital humano.

Explica que Galicia hizo lo mismo con las federaciones de inversionistas como el Instituto Gallego de Promoción Económica (Igape) que tienen presencia en 52 países buscando recursos, etc. “De eso se trata el proyecto global” que impulsa el Observatorio de la Diáspora Venezolana.

Páez destaca como países pequeños, como Guatemala, han creado “consulados móviles” en Estados Unidos para facilitarles los procesos. Otros ofrecen a sus diásporas el pasaporte gratis como lo hizo el gobierno chileno.

El reconocimiento de los aportes a la economía de sus inmigraciones ha llevado a un creciente número de países y organizaciones internacionales a aprovechar el capital humano de las diásporas en sus procesos de reconstrucción luego de haber padecido dictaduras, crisis económica y social. Los gobiernos de esas naciones han actualizado y remodelado su servicio exterior para adecuarlos a las exigencias de la nueva realidad. Han redefinido el papel de sus consulados, primer punto de contacto con la institucionalidad del país de origen sin sesgos políticos.

Para el gobierno no existe la diáspora

En cambio para el gobierno venezolano la diáspora no existe señala Tomás Páez. Y si hay es para ponerle trabas a los ciudadanos, de allí que adquirir un pasaporte venezolano, además de las complejas trabas burocráticas, es a “precio de oro”, entre los más caros del planeta”. Mientras otros países crean entornos atractivos e incentivos para la inversión y realización de actividades empresariales a sus diásporas en Venezuela se obstaculizan. “Una clara excepción a esas solidaridades la encontramos en el gobierno de Venezuela, pese a tener 25% de su población fuera de sus fronteras convencionales”, afirma Páez.

Para Páez el régimen venezolano ha cancelado el sentido común y escinde a los ciudadanos entre los que están “dentro” y los invisibles, que están “fuera”, cuyas autoridades los han llamado en forma despectiva como “lava-retretes”, haciendo alusión a las labores a las que gran parte han tenido que realizar en países de acogida para sobrevivir. “Pero sí son útiles para la publicidad estruendosa cuando retornan”, enfatiza. Quienes están “dentro” tienen “fuera” a sus familiares, descendientes y amistades y ambos grupos están unidos por un “original cordón umbilical” que los aglutina y conecta. La diáspora impacta la estructura poblacional y los procesos de planificación y suministro de servicios en el país de origen, otro motivo del inexplicable e inadmisible silencio del gobierno de Nicolás Maduro.

Un vínculo que no se pierde

Una de las primeras formas como se manifestó el vínculo de los migrantes con el país han sido las remesas. En algunos meses en que la renta petrolera se desplomó las remesas superaron los ingresos del país. Fue un componente importante del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, se desconoce la cantidad. De acuerdo a estudios recientes, la remesas en la región aumentaron 25% en el año 2021 con respecto al año anterior y en 2022 se estimó en 14% el incremento en relación con 2021. Las remesas impactan positivamente el desempeño del PIB en los países de acogida y origen; y la intensidad de éste depende de las capacidades, infraestructura y disposición a utilizar este capital humano.

Conocer la diáspora en las regiones

Otro aspecto que resalta el presidente del Obsevatorio de la Diáspora Venezolana es que la gente no migra de un país sino desde localidades hacia otras. Por ejemplo el que se va de Caracas a Cali no migra a Colombia, aunque se llega a un país que lo recibe; pero este dato es importante porque los efectos son diferenciales. “Si uno toma el ejemplo del estado Zulia, seguramente vamos a encontrar porcentajes de los que se fueron más allá de la frontera, pero también los desplazados internos, la gente que se mudó a otros estados del país por la crisis eléctrica y de servicios. ¿Sabemos cuál es la situación de sus estados, de sus localidades?”, reflexiona.

“En las regiones hay gente que ha dejado sus viviendas, vehículos, empresas e inversiones. No se sabe cuántos niños y jóvenes se han ido; son datos fundamentales para la planificación. Son temas que son necesarios investigar” afirma.

El potencial de los migrantes

El Observatorio de la Diáspora Venezolana está trabajando con Fedecámaras y otras organizaciones empresariales internacionales. Recientemente se realizó un evento en Bogotá en donde se presentó el proyecto global. Allí estuvo presente el Ministerio de Comercio de Colombia, la representante internacional de las migraciones, el capítulo colombiano de la Cámara Colombo-venezolana, entre otras organizaciones.

Con Fedecámaras se está trabajando en un centro para planificar la internacionalización de empresas en nuevos mercados porque tenemos venezolanos establecidos en países con idiomas diversos (Noruega, Suecia, Países Bajos, China, Corea); además de los países con mayor presencia como España, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia y Latinoamérica. Estos connacionales, la mayoría con especialidades, pueden ser importantes para los procesos de internacionalización, conocimiento de mercados, cultura, turismo. “La perspectiva es de dimensiones muy grandes”, asegura Páez. Estas alianzas tienen que apoyarse en toda esa red global de organizaciones, que están conectadas y trabajan de manera conjunta en las diversas áreas.

Desde el observatorio se ha creado la Diáspora de Venezuela en Carabobo con la Cámara de Industriales, Fedecámaras en el Zulia. También se está haciendo una alianza con el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (CENDES) para desarrollar la capacidad de investigación al considerar que una política dirigida a estos 8 millones de venezolanos es más grande que la Venezuela en 1960. Recuerda Páez que en esa década, con una población de 7 millones teníamos gran cantidad de universidades, hospitales y escuelas. Para recuperar ese nivel y aprovechar estos recursos que ahora están en el exterior se requiere de un engranaje muy dinámico, con mucha información seria para trabajar este proyecto.

La reconstrucción

La reconstrucción del país exigirá un sostenido e importante esfuerzo y la participación de todos desde donde hoy se encuentren. Para el presidente del Observatorio de la Diáspora Venezolana el daño ocasionado a la sociedad venezolana ha sido severo. Será indispensable recuperar la confianza entre muy disímiles actores sociales y políticos, proceso que incluye y trasciende los próximos eventos electorales. “Para lograr ese clima se necesitan argumentos más que insultos y prejuicios, comprender que la realidad es más fuerte y contundente que las ideologías, y está caracterizada por el cambio incesante generador de incertidumbre que imposibilita anticipar eventos y nuevas realidades. Será indispensable evitar el narcisismo político y evitar esquivarse en una cámara de ecos que impida escuchar la voz de muchos, incluida la voz de la diáspora”, concluye.

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http://www.observatorio-arendt.org/

@TomasPaez