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Jóvenes venezolanos huyen de la miseria y de los peores salarios del mundo
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- Francisco Olivares
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La diáspora venezolana está movilizando principalmente a los más jóvenes que priorizan la posibilidad de mejorar su nivel de vida, conseguir empleo en otro país y poder ayudar a sus familias. El salario mínimo venezolano es el peor en 50 años
Cuarenta jóvenes de Carrasquero, pequeño poblado del estado Zulia, muy cerca de La Guajira venezolana, estuvieron planeando durante varios meses para migrar hacia Estados Unidos. No fue el excesivo calor de esas tierras, ubicadas apenas a 8 metros sobre el nivel del mar, la razón para que estos jóvenes tomaran tan alto riesgo.
Un centenar de habitantes, entre familiares y amigos, hicieron una despedida masiva a los jóvenes de ese pueblo zuliano, quienes iniciaron el pasado 5 de agosto la travesía de llegar por tierra hasta Estados Unidos por la difícil y peligrosa ruta de la selva del Darién, frontera de Colombia y Panamá, que ya ha dejado muchos venezolanos fallecidos en ese difícil reto de cruzarla. Según relato publicado por el portal El Pitazo un familiar de un migrante, dijo que los jóvenes tenían dos meses planeando el viaje porque querían reunir a un grupo grande para brindarse apoyo durante el camino. “Con dolor despedimos a los muchachos y muchachas. Nunca antes se había sentido tanta tristeza en el pueblo, pero migran para tener una mejor calidad de vida” expresó el familiar. Uno de los viajeros que emprendió la aventura expresó: “Tenemos miedo y nostalgia de dejar nuestro pueblo por la situación caótica del país”.
Ese mismo mes, el 28 de agosto, el alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez, informaba que, funcionarios de la Policía de Maracaibo (PoliMaracaibo) renunciaron al organismo de seguridad para cruzar la inhóspita selva del Darién para llegar a Estados Unidos. “Tenemos bajas porque están nuevamente con el tema de irse. La semana antepasada se fueron al menos 22 oficiales quienes pidieron la baja para cruzar el Darién. Nuestros policías son los primeros que se sienten en condición física para cruzar el Darién”.
Ramírez manifestó su preocupación porque cada vez hay menos oficiales en PoliMaracaibo pese a los esfuerzos que mantienen por formar nuevos agentes. “Tenemos una fuerza de 628 funcionarios. La policía necesita 1200, y en la academia apenas graduamos entre 10 y 12”, explicó Ramírez. Esta situación se ha repetido en uniformados de la Guardia Nacional y militares de las distintas fuerzas del país que también están padeciendo un aumento de las bajas y deserciones en la búsqueda de nuevas opciones
En otra comunidad, en el municipio Urdaneta, del estado Trujillo, otros 25 jóvenes decidieron partir el pasado 20 de agosto, hacia Estados Unidos, en busca de un mejor nivel de vida. De acuerdo con el reporte del medio local La Voz de Valera Los jóvenes explicaron que se vieron obligados a dejar el país para tener oportunidades de progreso y ayudar a sus familiares e iniciaron el viaje a través del Darién con la esperanza de llegar hasta México e ingresar en la frontera estadounidense.
Ese tipo de escenas se han repetido en distintos poblados de la geografía venezolana como Guanarito, estado Portuguesa, donde reportaron viajes de varios autobuses llenos de jóvenes. La historia se repite en pueblos del oriente, centro y sur de Venezuela.
Esos episodios no aparecen en los medios televisivos del Estado venezolano, ni son motivo de alarma para los altos jefes de gobierno de Nicolás Maduro, ni los gobiernos locales, la mayoría de ellos, presididos por el partido oficialista.
El observatorio de la Diáspora Venezolana en su último informe estima en 8 millones 200 mil venezolanos que se han ido del país, los cuales se han ubicado en aproximadamente 90 países, esto es 25% de la población venezolana. Panamá se ha declarado en emergencia por el aumento récord de migrantes que están atravesando la ruta del Darién, de los cuales, la mayoría son venezolanos. Entre enero y julio los reportes de migración de las autoridades panameñas por el paso de Darién es de 251 mil migrantes, de los cuales 138 mil fueron venezolanos.
De qué huyen los jóvenes
Estos jóvenes no van tras el sueño americano como se suele reseñar en las crónicas periodísticas. Huyen del hambre, de la ausencia de trabajo y de oportunidades de estudios, ineficiencia e inexistencia de servicios públicos, bajos salarios, y la miseria a la que ha llevado al país 24 años de chavismo. La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, 2022, de la Universidad Católica Andrés Bello (ENCOVI), registró que 190 mil niños y jóvenes abandonaron las escuelas entre 2021 y 2022.
Venezuela quedó en el segundo lugar de la lista de países con la mayor miseria, con 330,8 puntos, sólo superado por Zimbabue que se llevó el primer lugar de la lista del índice de miseria, divulgado por Steve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, EEUU. Se estudiaron las situaciones de 157 países en los que se evidenciaron mayores niveles de “miseria económica”. Ese reciente estudio del mes de julio, coincide con los más especializados, de centros de investigación, que se han realizado en los últimos tres años, y han ubicado a Venezuela como uno de los países que lideran el ranking mundial de pobreza extrema, calidad de vida y caída económica.
Desempleo y bajos salarios
Además de las condiciones políticas que han degradado la democracia venezolana para llevarla a una autocracia, los testimonios de los migrantes priorizan la posibilidad de un mejor nivel de vida. Las malas condiciones que registra Venezuela es más grave en las regiones en donde la falta de empleo y bajos salarios, se le suman los precarios servicios públicos y la inseguridad ejercida tanto por las bandas delictivas como por la extorsión de autoridades locales, como una fórmula para compensar sus propias carencias, tal como se refleja en las diarias denuncias en las redes sociales.
El salario mínimo en Venezuela al 31 de mayo de 2023 se ubicó en 5,40 dólares, lo que significa un deterioro del precio del trabajo en Venezuela -95%, observándose el peor período del valor del salario entre los años 2014 y 2023, correspondientes al período del régimen de Nicolás Maduro. Es el más bajo salario en los últimos 50 años, de acuerdo a las estimaciones del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE). El bolívar ha perdido 80% en los ocho meses que van de 2023 según estimaciones del economista Luis Crespo Cambero.
El estudio de CEDICE indica que en comparación con otros países de Latinoamérica, Venezuela muestra el salario mínimo más bajo de la región de acuerdo a datos comparados de 2023, apenas equiparable con los países africanos que actualmente tienen el salario mínimo mensual más bajo del mundo como son: Ruanda USD$ 3
, Burundi USD$ 2
y Uganda USD$ 2
.
Salario mínimo en Latinoamérica (2023)
País | Salario |
---|---|
Costa Rica | 650 USD$ |
Uruguay | 550 USD$ |
Chile | 550 USD$ |
Ecuador | 450 USD$ |
Guatemala | 391 USD$ |
México | 365 USD$ |
El Salvador | 359 USD$ |
Argentina | 338 USD$ |
Honduras | 329 USD$ |
Panamá | 326 USD$ |
Bolivia | 326 USD$ |
Paraguay | 314 USD$ |
Perú | 281 USD$ |
Colombia | 274 USD$ |
Brasil | 254 USD$ |
República Dominicana | 245 USD$ |
Venezuela | 5,4 USD$ |
Fuente: Agencia EFE |
CEDICE considera que siendo Venezuela el país donde el trabajo es el peor pagado en la región y uno de los peores salarios en el mundo se comprende que la principal causa de emigración de los venezolanos en edad de trabajar sea la búsqueda de mejores ingresos en otros mercados más productivos y con mejores políticas económicas.
De acuerdo al Observatorio de Refugiados y Migrantes Venezolanos de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, 84% de los venezolanos que han migrado se han quedado en los países de la región (6 millones 136 mil 402 personas), con mercados laborales que remuneran hasta 50 veces mejor al trabajo en Venezuela.
CEDICE advierte que la principal consecuencia de estas malas condiciones del mercado laboral en Venezuela se refleja en la pérdida de capital humano que ha sufrido el país en los últimos años, principalmente a partir del año 2015, cuando emigraron más de 5 millones de venezolanos.
De acuerdo a ENCOVI 2022 la pérdida del factor humano, por la migración, produce una caída de la productividad económica que dificulta la recuperación de la economía nacional y que es muy difícil de revertir en el corto y mediano plazo, de hecho los migrantes desde 2017 muestran rangos de edad entre 30 y 49 años principalmente.
Los resultados del estudio ENCOVI 2022 demuestran además que la principal causa de emigración en Venezuela es la necesidad de trabajar y obtener mejores ingresos para reducir la pobreza de las familias, lo que fundamenta 75% de las razones argumentadas por los casos entrevistados, lo cual está directamente relacionado con el hecho que Venezuela es el país donde peor se paga el factor trabajo. CEDICE alerta que no se vislumbran formas de romper el círculo vicioso, y resalta que es necesario el capital humano para recuperar la economía venezolana, pero quienes emigraron no regresarán si no hay un cambio en el país.
El aporte venezolano
Pero no todas son malas noticias de la diáspora venezolana. La preparación y la calidad de gran parte de la migración venezolana está haciendo aportes importantes a las economías de los países de destino, especialmente en Latinoamérica. Si bien las noticias y redes sociales suelen destacar la presencia de bandas organizadas venezolanas que han migrado a países del continente, o los temas relacionados con la xenofobia tienen mayor peso están teniendo los aportes de los venezolanos en áreas como ingeniería, tecnología, medicina o el arte.
Un ejemplo lo exponen las investigaciones del Servicio de Estudios Económicos de BBVA Research. Destaca el estudio el aporte de la migración venezolana en Perú que ha modificado la oferta de factores productivos en la economía peruana al tomar en cuenta la mayor disponibilidad de mano de obra y de capital humano generada por los inmigrantes venezolanos lo cual generó un salto en el Producto Interno Bruto (PIB) de ese país en 2018. Eso ocurrió a pesar de que se detectó que los inmigrantes venezolanos no fueron empleados de la mejor manera, ni trabajan en actividades para las que fueron educados o de modo formal. Sin embargo el impacto de la mano de obra venezolana ha sido positivo en Perú y se ha reflejado en términos del PIB observado, con el potencial que representa.
Para el momento del estudio, en 2018, había 800 mil venezolanos en Perú. La mayor parte de estos inmigrantes se concentra en Lima. El impacto fiscal de la inmigración venezolana ha sido positivo, según BBVA Research, aunque bajo en relación al tamaño de la economía peruana. El informe recoge que la mayor parte de venezolanos en Perú se encuentra en edad productiva y registra un número de años de estudios más alto que el promedio de la población peruana. Sin embargo, su incorporación al mercado laboral local no se ha dado en las mejores condiciones: los indicadores de informalidad son elevados y gran parte de los inmigrantes no cuentan con permiso legal para trabajar y no han convalidado sus estudios. Acnur estima para este año 2023 el número de migrantes venezolanos en Perú en un millón y medio, casi el doble del estudio referido por BBVA, de modo que la incidencia en la economía debe ser mayor que en 2018.
Es de destacar que la experiencia de lo que ha ocurrido en Perú se ha registrado igualmente en Chile, Argentina, México y otros países del continente.
Diáspora y reconstrucción
Como hemos informado desde EKO.red, la reconstrucción del país exigirá un sostenido e importante esfuerzo y la participación de los venezolanos en el exterior donde hoy se encuentren. Uno de los principales proyectos del Observatorio de la Diáspora Venezolana está orientado en aprovechar la inserción de los migrantes en las economías de los países de destino de manera de potenciar ese factor a favor de la reconstrucción del país y el desarrollo económico y social, con el fin de reparar el daño que se le ha causado a la economía productiva y a la sociedad venezolana en los últimos 15 años.
Tomás Páez, presidente del Observatorio de la Diáspora Venezolana, considera que es inmenso el potencial que representan los migrantes no solo para la reconstrucción del país sino que los considera un bastión para retomar el camino al desarrollo. Esa gran migración constituye una nueva geografía, un nuevo estado que se ubica fuera del territorio de Venezuela, y es indispensable aprovecharlo para la recomposición del país.